¿Qué te viene a la cabeza si te hablo de peces, lagartos, ardillas, escorpiones, zorros...? Seguro que no te viene a la cabeza la imagen de ninguno de ellos volando. Sin embargo, hay animales con estos nombres que sí pueden volar. En algunos casos sí son realmente peces o ardillas, pero en otros, su nombre sólo evoca a un animal con el que guardan algún tipo de similitud. ¿Quieres conocerlos? Y que nadie se asuste, el "cerdo-águila" de la imagen, es montaje, todos aquellos que prometieron que harían algo cuando los cerdos volasen, aún están a salvo.
Pez volador
Los peces voladores o exocétidos son una familia de peces
marinos cuya característica más sorprendente es el tamaño de sus aletas
pectorales (algunos también el par de aletas pélvicas), inusualmente grandes,
que le permiten volar y planear por distancias de más de 50 metros. La mayor
duración registrada ha sido de 45 segundos alcanzando velocidades en el aire de
50-60 Km/h (como un caballo al galope) que consiguen gracias a un rápido batido
de sus aletas, unas 50 veces por segundo, cuyo objetivo es una efectiva huida
de sus predadores. Sus ojos son más planos que los del resto de peces, lo que
le facilita la visión fuera del agua.

Las ardillas voladoras o pterominos son un grupo de especies
de ardillas con capacidad de planear (no de volar, como ocurre con el dragón
volador de Borneo) gracias a una membrana conocida como patagio que conecta sus
patas traseras con las delanteras y que despliegan en el momento del salto,
funcionando a modo de ala delta, usando su cola como timón de vuelo para
mantenerse en equilibrio y cambiar de dirección. El pteromino de mayor tamaño
es el Eupetaurus cinereus o ardilla voladora lanuda, que puede medir más de 50
centímetros, pero su vuelo es tan efectivo como el de las ardillas de menor tamaño.
El escorpión volador o Nuptialis de Panorpa es un
insecto (no un arácnido como los auténticos escorpiones) que habita en
los Estados Unidos y Canadá y, como todos podéis adivinar, su nombre se lo ha
ganado por esa estructura en la cola en forma de aguijón. Lo que posiblemente
no adivinéis, es que no es un aguijón venenoso como el de los escorpiones
verdaderos, sino que su función es de reproducción, son los genitales del macho
y la hembra no lo tiene. Son insectos voladores bastante grandes, de hasta 20
centímetros, pero no hay de qué preocuparse, son inofensivos para los humanos y
se alimentan del néctar de las flores y el jugo de las frutas con su boca
alargada, aunque también de otros animalitos muertos, que han aprendido a robar
de las telas de araña.

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