7 de abril de 2013

Conoce lo que comes


¿HASTA QUÉ PUNTO SON MALOS LOS TRANSGÉNICOS?

   Hace unas semanas vi una encuesta sobre la relación de la ciencia y la sociedad a nivel europeo y, como era de esperar, dejaba a España bastante en la cola. Además de preguntar sobre hábitos relacionados con ciencia y el conocimiento de esta, hacían a los encuestados preguntas, en apariencia sencillas, pero que el porcentaje de gente que fallaba la respuesta daba ganas de llorar. Entre ellas, “Un tomate no tiene genes, a diferencia de un tomate transgénico que sí los tiene. ¿Verdadero o falso?”Pues asombrosamente, más de 60 de cada 100 personas encuestadas respondía la primera opción. 



   Pero más asombroso es cuando ves que luego, esa misma gente está totalmente en contra de los alimentos transgénicos y, que cuando le preguntas a la mayoría de ellos, dicen que porque es perjudicial para la salud, que esos genes son malos.  Con este post pretendo que entiendas que por muchos tomates transgénicos que comas, no te convertirás en “Plantaman”, el nuevo y peculiar súper héroe.

   El principal problema, sobre todo, a la hora de criticar los alimentos transgénicos, conocidos también como OGM, proviene del desconocimiento del concepto de transgénico, que son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Esto, de hecho, se lleva haciendo desde hace cientos de años, mediante cruces entre variedades diferentes y especies relacionadas en las cual ha aparecido una mutación que nos “viene bien” para nuestro cultivo. Por ejemplo cruzando las especies silvestres de una planta más adaptada a vivir en ambientes fríos, ante el cual presentan resistencia, con sus homólogas de cultivo, consiguiendo así híbridos que conservan la mayoría de características comestibles de una, pero añadiendo a su genoma, los componentes de resistencia de su variedad silvestre, pudiendo así cultivar esta planta en zonas más alejadas del ecuador, no limitando su producción sólo a las zonas de “comodidad” climática. Pero también se hacen estos cruces simplemente para buscar frutas más vistosas, más dulces o más exóticas. Un ejemplo de ello es la famosa clementina, híbrido de polinizar a mano un mandarino con un naranjo amargo.
   También estamos consumiendo alimentos transgénicos, y creo que poca gente no los ha probado, cuando comemos las tan deseadas sandías o uvas sin pepitas. Estas provienen de mezclar el genoma diploide (dos pares de cromosomas) de una planta con el tetraploide (cuatro pares de cromosomas) para obtener individuos triploides (tres pares de cromosomas) que se pueden considerar una aberración de la naturaleza que se autoelimina al no ser fértiles (de ahí que no aparezcan semillas en las frutas). Un ejemplo de esto, en humanos, para que se entienda, serían las personas con síndrome de Down. Tienen una trisomía en uno de sus cromosomas, el 21 concretamente (que en vez de ser par, es triple) y, afortunadamente, como ocurre en las frutas, sus "semillas" no son funcionales.
sandia-sin-pepitas-fashion.jpg
  Sin embargo, lo que más comúnmente se conoce como transgénicos, son aquellos alimentos procedentes de especies que se han obtenido bajo el empleo de la ingeniería genética, técnica relativamente mucho más reciente. Este se basa en el “disparo” al azar del gen que queremos introducir, que esta vez no proviene de un individuo cercano filogenéticamente, sino que puede venir de individuos totalmente distintos, como bacterias, virus, animales, plantas… directamente sobre el genoma del individuo que queremos modificar. Es este mecanismo el que sí nos da miedo, ya que no sabemos qué puede ocurrir. Pero… ¿es realmente tan peligroso para nosotros el tomar este tipo de alimentos? ¿Puede, como piensan algunos, causarnos mutaciones a nosotros?

   Obviamente, no. Por mucho que nos fastidie, no se escribirán cómics basados en nuestros nuevos superpoderes, ni tampoco tendremos que encerrarnos en un campanario por miedo a que la gente vea el monstruo en el que nos hemos convertido. Nada más lejos.

   BENEFICIOS.
   Los beneficios actuales de los transgénicos no apuntan tanto al consumidor, como al productor o el medio ambiente.
  • Salud:
           -  En el primer caso, hay que apuntar al futuro a la hora de ver las ventajas que se están buscando en los cerca de 300 nuevos alimentos transgénicos que están cerca o ya en su fase final previa a la comercialización. Entre ellos, podemos contar con que la producción es mayor con un precio similar, lo que permitirá (o debería permitir si no fuera por el afán de las empresas por forrarse) que ciertos cereales de primera necesidad sean más baratos.
Además, la creación de cultivos resistentes a sequías y heladas permitirá llevar la producción a zonas del planeta donde hay hambre debido a la dificultad de cultivar sus tierras.
          - También se pretende disminuir ciertas enfermedades a gran escala, como por ejemplo, con una variedad de arroz amarillo, el cual contiene beta-carotenos que pueden disminuir las afecciones oculares en países (como ciertos asiáticos) con una dieta basada en este cereal; o también incluyendo hierro entre sus propiedades para acabar con las anemias que azotan a una gran parte de mujeres sudamericanas y de África. O patatas transgénicas que inmunizan contra el cólera o diarreas bacterianas.
            - También se pueden modificar para evitar ciertos tipos de alergias o intolerancias, como ocurre con la soja, a la que se le han eliminado ciertos componentes alérgenos, o la reducción del nivel de lactosa en la leche de vaca, haciéndola más adecuada para personas que no toleran ese azúcar

  • Medio ambiente:
          - Al incluir genes de producción de resistencia selectiva a plagas y enfermedades determinadas, disminuye la utilización de pesticidas de amplio espectro que afecta tanto agentes dañinos, como a los benignos.
          La eliminación de vegetación competitiva con el cultivo de interés, así como la de patógenos de las raíces se lleva a cabo con técnicas de labrado perjudicial para el suelo, ya que lo erosiona y evita su desarrollo. Esto es evitable con cultivos que puedan eliminar por sí mismos esas competiciones.

  • Productor:
          - Es, obviamente, el que más beneficios obtiene, ya que es generalmente el que paga el desarrollo de estos transgénicos. Y por supuesto, todos esos beneficios van buscando un solo objetivo: ahorrar costes.
      - Sobre todo, en el uso de pesticidas, como ya se ha explicado antes, pero también en el uso de sistemas de riego y agua al tener plantas resistentes a la sequía.
        - También ahorran al tener una producción mayor, y al tener alimentos que duren más tiempo tras la cosecha. Así los alimentos pueden durar más tiempo almacenados antes de su venta sin tener que tirarlos porque se han echado a perder.

    RIESGOS.
    Como todo, hasta los OGM tienen sus riesgos, que van en base, sobre todo, a que son recientes y aún se desconoce sus peligros a largo plazo. Por lo que muchos de sus riesgos, son meramente hipótesis.
  • Salud:
       - Igual que antes decía que se podían evitar algunas alergias, esto actúa como arma de doble filo, ya que puede llevar a la aparición de determinados componentes que pudieran causar alergias nuevas. Un ejemplo de esto ocurre, paradójicamente, en la soja también, en la que se han detectado posibles casos de alergia en gente que consume con frecuencia la soja modificada (pero no se conoce aún qué componente la causa).
     - La aparición de nuevas infecciones debido a un traspaso horizontal de genes a bacterias y virus, confiriéndoles resistencia a los antibióticos normalmente usados por los médicos para tratar enfermedades infecciosas, como la penicilina o la kanamicina. Nuevamente, aún no hay datos científicos que lo demuestren, pero sí que cabe esa posibilidad.
     - En algunos casos, el aumento de la productividad antes citada, conlleva también una disminución de la calidad nutritiva del producto

  • Medio ambiente:
        - Al alterar al individuo, no se sabe cómo puede esto afectar al medio ambiente. Igual que puede producir efectos no deseados en los humanos, puede ocurrir lo mismo entre otros seres vivos que interaccionan con ellas y que son importantes para el ecosistema, como pueden ser los polinizadores.
     - Hablando de polen, también está el riesgo de que esos factores modificados genéticamente, aparezcan en cultivos ajenos al de nuestro interés, debido a la polinización cruzada con otras plantas, haciendo imposible erradicar esas “mejoras” genéticas.

  • Economía:
monsanto1.jpg      -  Nuevamente en este aspecto, es donde se encuentran también los grandes perjuicios de este sistema contemporáneo. Ya que casualmente, las grandes empresas de pesticidas y plaguicidas, son también aquellas que controlan la producción de este tipo de organismos transgénicos que, a base de patentes, acaba monopolizando este negocio y dejando, como ocurre siempre, a los pequeños agricultores y ganaderos con pocas posibilidades de competir. Quizá aquí es, en mi opinión, donde más habría que quejarse a la hora de estar en contra de los transgénicos e intentar, de alguna forma, evitar que 5 empresas se hagan con toda la futura producción mundial.

4 comentarios:

  1. Jay: la falta de investigación es algo importante para no producir para el consumo OGM. Ojalá que hayas leído las investigaciones hechas en Francia del maíz genéticamente modificado. El resultado es que promueve cáncer en roedores. Tú sabes que eso se extrapola a humanos.
    Actualmente consumimos sin saber varias especies de vegetales OGM. ¿Nos estaremos convirtiendo en conejillos de indias para las empresas del tipo de Monsanto?

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  2. Sí, lo leí. Pero este artículo pretendía ser solo un resumen acerca de qué son los transgénicos y los principales beneficios y problemas que conllevan. No quería pararme a comentar cada investigación que se han hecho sobre ellos y, además, vi tanto artículos a favor de lo del cáncer, como artículos poniendo en duda su credibilidad así que, preferí no meterme en terreno pantanoso. Pero gracias por interesarte y aportar tu opinión. Para eso está el blog.

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  3. Sólo que en esas "investigaciones" francesas de maíz transgenico se usaron ratones modificados genéticamente para que tuvieran una alta tasa de predisposición de tener cancer.

    Es decir, los ratones tenían cancer, pero no por comer maíz transgénico sino porque los habían modificado para los los tuvieran independendietemente de lo que les dieran de comer.

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  4. Lo que no alcanzo a comprender es como tú, dices tan alegremente que no hay ningún tipo de problemas al consumirlos, cuando no hay estudios a largo plazo suficientes para hacer esa afirmación, y los que hay, dicen todo lo contrario ...

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