7 de agosto de 2014

¿Para qué sirve dormir?

    El ser humano pasa cerca de un tercio de su vida dormido. Y a algo a lo que le dedicamos tantísimo tiempo debe tener alguna función importante, ¿no crees? Aunque muchas han sido las hipótesis a lo largo de los tiempos y aún no tenemos una idea totalmente clara de por qué necesitamos dormir y cuánto. Pero en este post voy a intentar acercarte lo máximo posible lo que ya se conoce sobre este fenómeno tan cotidiano como desconocido.








El sueño, ese gran desconocido

    La necesidad de dormir es un hecho indiscutible, ya que todos los animales necesitan dormir, aunque desconcertante, y es que cada uno dedica una proporción distinta de su vida a tal labor, como vimos en los artículos de los animales que más duermen y los que menos duermen. En el ser humano se ha visto que 8 horas (con variaciones entre individuos) de sueño al día mantienen nuestro sistema fisiológico en óptimas condiciones. Si nos privamos de horas de sueño, se comienzan a ver una serie de alteraciones tanto en comportamiento como en el funcionamiento de nuestro cuerpo, debido a que se ve afectado nuestro reloj biológico interno (el que nos dice cuando dormir, cuando comer, etc).

   
   Otros hechos que desconciertan del sueño son que durante éste se realizan funciones como crecimiento de tejidos, reparación del sistema inmunológico, fortalecimiento de la memoria y recuperación del cerebro, pero también suceden al estar despiertos. Por otro lado, en partes del sueño el cerebro no descansa, al contrario de lo que mucha gente piensa; al soñar, está tan activo como cuando estamos despiertos


    Entonces, ¿cuál son los motivos reales del sueño?, ¿por qué es inevitable dormir y por qué es tan peligroso no hacerlo?




Hipótesis sobre la importancia del sueño

    Una de las más plausibles que se manejan hoy en día es la de que el propósito final del sueño es reparar los daños causados por los radicales libres producidos durante el metabolismo o la defensa del organismo (dañan a nuestro cuerpo causando, en el mejor de los casos, el envejecimiento, y en el peor, graves enfermedades). 

   
Por otro lado, científicos de la Universidad de Wisconsin han encontrado un nuevo beneficio para esta actividad: dormir es crucial para la producción de mielina, una proteína que actúa como un auténtico lubricante para el cerebro y actúa protegiendo a las células del sistema nervioso. Si el sujeto, en cambio, es obligado a permanecer despierto, la proteína no se genera y hay más células que sufren estrés y mueren.

    Por último, también se sabe que hay relación activa entre la fase REM y el desarrollo cerebral, por eso los bebés pasan más tiempo en esta fase que los adultos.




Perjuicios de la privación de sueño

    Cuando una persona deja de dormir, el cuerpo inmediatamente empieza a notar los efectos de esta falta de descanso.

   Entre las 12 y las 24 horas sin dormir se dan los primeros síntomas, puramente subjetivos: malestar corporal, irritabilidad y desánimo en el área afectiva, y leves alteraciones de concentración y memoria en el área del rendimiento. Todo ello acompañado de un aumento claro de la somnolencia.

    Cuando pasamos a periodos de 48 a 72 horas sin dormir, pueden aparecer los primeros síntomas neurológicos blandos: leves alteraciones en los reflejos (corporales y oculares), alteraciones en los tiempos de reacción, ‘nistagmus’ (movimiento involuntario e incontrolable de los ojos), unidas a un incremento exponencial de la somnolencia. Se acentúa la irritabilidad y el desánimo.

Randy Gardner durante su privación de sueño
   Cuando el periodo de privación pasa de las 72 horas, se observan las primeras alteraciones metabólicas: hormonales, inmunológicas e hipotermia. Además, aumenta la secreción fundamental de tres hormonas: catacolaminas (adrenalina, dopamina, noradrenalina), el cortisol y la insulina, con una disminución a la tolerancia a la glucosa, por lo que no dormir nos hace más propensos a la diabetes.

   Randy Gardner, un estudiante de California (EE UU) al que en 1964 mantuvieron despierto un poco más de 11 días, exactamente 264 horas y 12 minutos, es el ser humano que más tiempo ha logrado estar sin dormir.. Al cabo de unos días sin dormir, empezó con alucinaciones cognitivas severas, delirios importantes y un cuadro psicótico. Llevado al extremo, este chico habría fallecido. Después de la prueba Gardner apenas durmió 14 horas, lo que demuestra que el sueño no se recupera.


    Y es que el sueño aún sigue siendo una incógnita para la ciencia, pero poco a poco vamos rascándole nueva información, y es que pocas cosas serían tan beneficiosas para la salud humana como comprender y poder controlar la necesidad del sueño que tan vital es para nosotros. De todas formas hablaré del sueño y temas relacionados con él en futuros artículos, pues hay un sin fin de curiosidades relacionadas con este fenómeno.



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