19 de marzo de 2015

Pirosomas: Los "unicornios del océano"

   ¿Verdad que nunca has visto o estudiado a ese ser gelatinoso que ves en la fotografía? Y sin embargo, es un animal bastante común en los océanos, aunque tan difíciles de encontrar que se les ha llegado a conocer como "unicornios del océano". Se trata de los pirosomas y tienen un aspecto tan adorable como curioso. Hoy vamos a hablar qué son estos pirosomas y qué peculiaridades tienen, aunque si ya has leído el artículo sobre los salpas que publiqué hace unos meses, no te sorprenderá tanto lo que verás a continuación.





¿Uno o varios?

   Aunque los pirosomas están catalogados como un animal (Pyrosoma atlanticum), en realidad se trata de una colonia. Cientos y miles de pequeños organismos planctónicos denominados zooides se unen para formar un ejército de clones, agrupados físicamente por una túnica gelatinosa para formar un gigante de varios metros cilíndrico, con un extremo cerrado y el otro abierto, en modo de tubo.

    Y digo gigantes, porque se han llegado a catalogar colonias de hasta 20 metros de largo y de una anchura suficiente para que cupiera un buzo en el interior del tubo. Su superficie externa tiene una textura rugosa, debido a las innumerables excrecencias en forma de espinas, cada una de las cuales corresponde a un individuo. Las paredes que separan a los animálculos entre sí tienen consistencia cartilaginosa, lo que hace que cada pirosoma sé encuentre aislado de su vecino, siendo, sin embargo, indisociable el conjunto de la colonia. Cada individuo lleva cilios vibrátiles que propulsan el agua del vacío central del «cilindro» hacia el exterior. La única abertura de la colonia de pirosomas se encuentra en uno de los extremos del tubo, lo cual provoca, por consiguiente, una corriente de agua que contribuye a hacer derivar con lentitud a la colonia.

Pirosoma fotografiado por Brian Skerry,
ganador del  premio Wildlife Photographer of the Year
    En realidad, un pirosoma, pequeño o gigantesco, no viene de ningún lado ni va a ningún lado premeditadamente; es una criatura planctónica exclusivamente pelágica. Los pirosomas producen una bioluminiscencia muy brillante, particularidad que les confiere su nombre (pyro = fuego, soma = cuerpo) y que les hace ideales para adornar las fotos de cualquier buceador que se tope con la evidente estampa. De hecho, son los organismos planctónicos luminosos más brillantes que existen y se estima que la luz que emiten puede verse, en aguas trasparentes, hasta a 100 m de distancia, suficiente para iluminar las velas de las embarcaciones que navegan en sus proximidades en horas nocturnas.

    Muchos están aterrorizando con estos "monstruos de las profundidades" que en realidad son totalmente amigables. Se alimentan de plancton, y se alimentan por filtración, por lo que, a diferencia de sus terroríficos compañeros bajo el mar como el calamar gigante, no tienen dientes o incluso tentáculos. Ellos hacen lo suyo, en silencio, con serenidad. 


    Finalmente, os quedaréis asombrados con este vídeo en el que se filma uno de estos "unicornios" tanto exterior como interiormente. Un animal espectacular, ¿Verdad?







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