12 de julio de 2013

El mito de la vitamina C y los resfriados

  Hace unos meses hablaba sobre el mito de que el frío provoca los resfriados. Esta vez, me centro en el aspecto de la curación de resfriados. Y es que todos hemos oído a nuestras madres decir que bebamos mucho zumo de naranja, que la vitamina C previene los resfriados. ¿Está en lo cierto nuestra madre o se trata de otro mito que hay que desmentir? Vamos a ello.




¿Qué es la vitamina C?

   La vitamina C, o ácido ascórbico, es un nutriente esencial de los humanos que, a diferencia de muchos animales y plantas, no puede ser sintetizado por nuestro organismo y, por tanto, debemos ingerirlo necesariamente, en una cantidad que ronda los 90 mg al día más o menos siendo mayor en adultos  que en niños o adolescentes y en hombres  que en mujeres  y, si eres fumador, aún tienes que sumarle 30-35 mg más adicionales al día (en una naranja mediana de 128 g, hay  cerca de 60mg de vitamina C). 
  La vitamina C es muy importante ya que, en nuestro organismo, cumple varias funciones importantes:

  • Antioxidante: bloquea parte del daño que causan los radicales libres generados durante el metabolismo de las células, como explico en este artículo sobre el envejecimiento de las personas.
  • Crecimiento y reparación: de todos los tejidos, como el desarrollo de dientes, encías, huesos y cartílagos, así como en la cicatrización de heridas.
Estructura química del
ácido ascórbico (vitamina C)
  • Procesos metabólicos: actúa como cofactor (ayudante) de enzimas, para llevar a cabo reacciones químicas necesarias en el metabolismo del organismo, sobre todo en el de las grasas.
Y durante muchos años, a la vitamina C se le ha dado la creencia de ser eficaz contra los resfriados, tanto para prevenirlos como para curarlos, ¿pero realmente tienen esa capacidad o nos inflamos a zumos y suplementos engañados?


¿Previene la vitamina C los resfriados?

   Pues esto resulta que es un mito. Desde que se descubrió la vitamina C en 1937, se ha puesto en tela de juicio su capacidad para tratar desde infecciones pulmonares a resfriados. Más tarde, en 1970 el químico Linus Pauling, premio Nobel, popularizó su uso regular con su libro "Vitamina C y el resfriado común" animando a muchas personas a tomarla a diario. Esa defensa llevó a que se realizaran numerosos ensayos en distintos países durante la siguiente década para comprobar la razón que llevaba el Nobel con sus teorías.

  Los resultados a lo largo de estas últimas décadas han sido que un consumo regular vitamina C no aumenta la capacidad de una persona para evitar los resfriados, la predisposición sigue siendo la misma. Sin embargo, en personas que viven en ambientes fríos o que realizan deportes duros, tipo maratón o esquís, los aportes extra de vitamina C sí pueden reducir la incidencia de resfriados, según los autores del estudio.

  Lo que sí se ha observado es que la vitamina C acorta ligeramente la duración del resfriado. Si en un adulto la media de días de un resfriado es de 12 días, disminuiría a 11 días si esa persona alcanza los requerimientos recomendados de vitamina C a diario. Además, parece aliviar en parte los síntomas del resfriado, actuando a distintos niveles de la actividad inmunológica de los linfocitos, aumentando la integridad de las membranas mucosas, etc.

   Los resultados de los numerosos ensayos también indican que aumentar el consumo de vitamina C una vez contraído el resfriado no tiene ningún efecto sobre él. Ésto es como todo, no vale llevar toda la vida fumando y bebiendo, y cuando te detectan el fallo hepático, querer que se cure por dejar de beber y fumar entonces. 


   De todas formas, cuanta más vitamina C tomemos, no tendremos una mejor salud, ya que al tratarse de una vitamina hidrosoluble, lo que el cuerpo no utilice a diario, será eliminada por la orina, por lo que una persona necesita un aporte continuo de vitamina C y no en dosis muy altas (puede provocar problemas gastrointestinales y diarreas) que, además de todo lo visto anteriormente, también parece que la vitamina C tiene efectos beneficiosos contra varios tipos de cáncer y en enfermedades cardiacas. 



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