Lucy y el 10 por ciento del cerebro

    Recientemente se ha estrenado la película de Lucy, una mujer que adquiere superpoderes al alcanzar la capacidad de usar el 100 por cien de su cerebro, una afirmación que se viene repitiendo en multitud de ocasiones, empujada por el cine y la televisión y que ha calado en el público de tal manera que se ha convertido en algo pensado de forma cotidiano por multitud de personas. ¿Pero de dónde viene esta afirmación? ¿Es posible aumentar la capacidad de nuestro cerebro hasta alcanzar habilidades sobrehumanas?

Origen del mito

    Tristemente, el mito de que el ser humano sólo utiliza el 10 % del cerebro, dicen que se le puede atribuir a una de las personas que posee un envidiable órgano bajo su cráneo, Einstein. Aunque también es cierto que no se ha logrado encontrar la cita en la que comentaba que sólo usábamos usábamos un 10 por ciento de nuestro cerebro.

   El que sí tiene mayor culpa fue el psicólogo y filósofo norteamericano William James, quien escribió en el libro "Las energías de los hombres" que hacemos "uso solamente de una pequeña parte de nuestros posibles recursos mentales y físicos". Era optimista y pensaba que la gente podía lograr más, pero él no se refiere al volumen del cerebro ni a la cantidad de las células, tampoco da un porcentaje específico.

   Y por última la malinterpretación de dos avances de la neurociencia: el primero de ellos, el de que tan sólo 1 de cada 10 células del cerebro son neuronas, el otro 90% son células gliales (células que forman parte del sistema nervioso, pero que no actúan de la forma que lo hacen las neuronas). La otra afirmación malinterpretada es que ante un estímulo, sólo se "activan" el 10% de las neuronas, aunque el resto de neuronas se activan ante otros estímulos o situaciones.

¿Cuál es la realidad?

      A pesar de que pueda fastidiar a muchos, el ser humano usa ya el 100% del cerebro. John Henley,neurólogo de la Mayo Clinic in Rochester, Minnesota, afirmó que la mayor parte del día utilizamos el 100 % de nuestro cerebro, incluso mientras dormimos. Henley afirma también que pueden existir cerebros que a causa de un accidente o una lesión no funcionan con normalidad y tal vez existan actividades que las personas no pueden realizar, como caminar, hablar, aprender, memorizar, etc. Esta es una de las pruebas que refutan el mito, ya que cualquier pequeño accidente cerebral, o el abuso de algunas sustancias que aniquilan neuronas, pueden ocasionarnos lesiones con graves consecuencias.

   Hay más estudios muy serios, como los llevados a cabo por el neurocientífico John Henley, que determinó que a lo largo del día usamos casi el 100% de nuestro cerebro; para desmentir este mito basta con conocer un poco lo que plantea la evolución mediante selección natural. La selección natural tiende a eliminar todo aquello que no es necesario en el organismo, ya que supone un gasto de fabricación y mantenimiento que puede resultar un inconveniente o desventaja, porque el despilfarro no es energéticamente favorable (aunque el ser humano aún conserva algunos órganos y vestigios de nuestros antepasados que han ido desapareciendo y que actualmente no tienen una utilidad clara).  Y en el caso del que hablamos, hay dos motivos que refutan el mito del 10%:

1. El tamaño de nuestro cerebro ha aumentado a un ritmo vertiginoso, pasando de tener unos 350 cm3 a los casi 1200 cm3 de nuestra especie. ¿Para que invertir tantos recursos en aumentar tanto el cerebro si solo usamos parte de él? La lógica sería que la selección natural favoreciera a los que tienen cerebro más pequeño y mejor aprovechado.
2. Cuando cualquier célula nerviosa se deja de usar se degenera y muere o es colonizada por otras áreas vecinas. Sencillamente, no permitimos que las células del cerebro estén ociosas. Son demasiado valiosas.

   Como vemos, es tan sólo un mito alimentado por los medios de comunicación y algún que otro charlatán con popularidad, que la gente prefiere tomar como real porque nos da la posibilidad y la idea de que podemos mejorar, de que el ser humano aún tiene mucho por crecer y convertirse en una máquina aún más perfecta y poderosa de lo que ya es, y aceptar el mito como falso, desilusiona. Pero no está todo perdido, si se quiere mejorar, tan sólo hay que utilizar el cerebro, así adquirirás mejores capacidades de memoria, resolución de problemas, etc.