Aunque no nos demos cuenta, no estamos "solos" y es que compartimos nuestro organismo con cientos de miles de microorganismos. Son tantos, que el número de microorganismos ajenos a nuestro cuerpo que lo usan como hábitat podría ser igual e incluso mayor al número de células humanas. Se sabe que hay más de 10.000 microorganismos diferentes en un individuo sano. Por tanto, en Sciencuriosities queremos rendir homenaje a estas microscópicas compañeras que nos acompañan desde la infancia a lo largo de nuestra vida aun sin hacerse notar (con excepciones). ¿Quieres conocer a los microorganismos que te habitan?
Obviamente, es imposible nombrar a todos los tipos de microorganismos que utilizan nuestro cuerpo como nido, ya que ocuparía gran parte del blog sólo en ello. De ello se está encargando el Human Microbiome Project (Proyecto del Microbioma Humano) que pretende catalogar todas las bacterias, virus y otros organismos que viven en contacto íntimo con nosotros.
Hoy nos centraremos en los microorganismos (bacterias, hongos y protozoos) que habitan nuestra cabeza, incluyendo pelo, orejas, ojos, nariz y boca. En publicaciones futuras descubriremos el resto de nuestro cuerpo a quién sirve de alojamiento. Allá vamos.
En nuestro cuero cabelludo
En condiciones normales, la población microbiana del cuero cabelludo está formada por Staphylococcus epidermidis, Propionibacterium acnes y dos especies de levaduras, Pityrosporum ovale, (actualmente conocido como Malassezia furfur), y Pityrosporum orbiculare. Sin embargo, se ha observado que las personas que padecen el problema de la caspa tienen incrementada la población de Pityrosporum ovale, hasta llegar a constituir el 75% del total de la flora microbiana del cuero cabelludo, apareciendo con más frecuencia en los hombres.
Los oídos también
Pseudomonas aeruginosa |
En nuestros ojos
A pesar de que la presencia de microorganismos no es muy grande en la conjuntiva del ojo (la parte externa que vemos) gracias a que las lágrimas contienen la enzima lisozima que ayuda a mantener limitado el crecimiento bacterial, aún podemos encontrar algunas de las bacterias y hongos que encontraríamos en la piel, como Streptococcus, y además la presencia de algunos microorganismos asociados a la nasofaringe, como Haemophilus, Neisseria, Streptococcus viridans que llegan a esta zona por la espiración.
En la nariz, respiran contigo
La flora bacteriana de la región anterior de las fosas nasales está compuesta por varias especies que reflejan la flora cutánea (Staphylococcus, Corynebacterium y Difteroides). Sin embargo, no hay consenso en cuanto a qué se considera flora nasal normal, existiendo pocos estudios que la han descrito, siendo éstos disidentes en sus resultados, debido en gran parte a que ésta varía según la exposición ambiental de la persona, por ejemplo, humo de tabaco, o puede cambiar en el tiempo, dependiendo de las características microbiólogos y epidemiológicas de cada país.
La boca, una de las grandes "plazas" abarrotadas
En la boca se desarrollan muchos microorganismos (se llega a niveles de 1010 por gramo en el sarro). Así mismo, se encuentra una gran diversidad de microorganismos colonizando los diferentes ambientes bucales, en los que hay que considerar los dientes, paladar, lengua, cavidad bucal y saliva. Aunque la saliva posee una importante acción antibacteriana, los restos alimenticios y los desechos epiteliales hacen que la flora normal sea muy abundante, especialmente en las zonas asociadas con el surco gingival. Muchas de estas bacterias se asocian con caries dental y halitosis.
Se cuentan más de 25 especies conviviendo en nuestra boca, incluyendo bacterias aerobias (las que necesitan oxígeno para vivir) como los Staphyllococcus típicos de la piel, pero también organismos anaerobios (que viven sin oxigeno) escondidos entre los dientes y que gracias a la alta tasa metabólica de nuestra boca, mantiene el ambiente anaerobio. Éstos se encuentran sobre todo en las encías y sobre los dientes, a los cuales se adhieren formando un biofilm que conocemos como placa bacteriana.
Hay una bacteria que convive con nosotros, en esa placa bacteriana, que al metabolizar los azúcares de la dieta, producen ácidos orgánicos que desmineralizan la superficie dental y se forma la caries. Se trata de Streptococcus mutans. El cepillado de los dientes elimina esos azúcares dificultando el crecimiento de esta bacteria, así como el de otras muchas. Sin embargo, no las elimina, sólo produce una alteración temporal de las floras habituales de la boca.
Además, también es fácil encontrar un virus, famosísimo, el Herpesvirus. Por lo general pasa sin pena ni gloria, ya que nuestro sistema inmune lo mantiene a raya. Pero en épocas en las que tenemos las defensas deprimidas, el virus escapa a ese control y nos encontramos con los conocidos herpes labiales que tanto afean y molestan.
En la entrega de hoy, nos quedamos aquí. Más adelante conoceremos qué organismos hospedan nuestra piel, intestinos, órganos sexuales, pulmones, etc. habitualmente. Como vemos, nuestro cuerpo, no sólo es nuestro, sino que debemos compartirlo con un número inimaginable de otros organismos sin el cual, no podrían existir. Y en la mayoría de los casos, esa microflora que nos habita, nos proporciona ayuda o beneficio a cambio de darles un hogar y alimento del que nutrirse.
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