26 de mayo de 2013

Serie "¿Y si...?": ¿Y si la Tierra tuviera anillos como Saturno?

     Aunque actualmente la Tierra no tiene ningún anillo visible a su alrededor, el astrónomo danés Kaare Rasmussen, del Museo Nacional de Copenhague, propuso que en el pasado la Tierra llego a tener su propio sistema de anillos, como Saturno, hasta en 16 ocasiones distintas en los últimos 2.800 millones de años basándose en los datos disponibles sobre caídas de meteoritos, lluvias de estrellas y meteoros disponibles desde hace 3.000 años. Incluso hay una hipótesis que afirma que en la formación del Sistema Solar, un meteorito del tamaño de Marte chocó contra la Tierra desprendiendo una gran cantidad de fragmentos y polvo que orbitaron a su alrededor durante milenios que con el paso del tiempo se fue uniendo y agregando para formar la Luna. ¿Y si actualmente la Tierra tuviera un sistema de anillos similar al de Saturno?



     Inspirado en estas ideas, Ron Miller, quien fuera ilustrador de astronomía del Planetario Albert Einstein hace unas décadas también se hizo esa pregunta, llevándole a diseñar una serie de ilustraciones y fotografías que muestran cómo vería la Tierra si poseyera un sistema de anillos propio.

    Estos anillos se encontrarían alineados con el Ecuador de la Tierra y se verían en el cielo de Este a Oeste. En las zonas cercanas al Ecuador, por tanto, los anillos se verían brillantes, muy delgados y perpendiculares al horizonte.



    Sin embargo, si nos alejamos del Ecuador y avanzamos por la Tierra en latitud ascendente, los anillos se verían más anchos y cercanos al horizonte.

Vista desde el Círculo Polar Ártico, sería algo distinto. En Alaska, por ejemplo, los anillos darían un poco más de brillo que la Luna llena y estarían día y noche visible en el mismo lugar.


     





    Desde la Polinesia, en el Trópico de Capricornio, se daría un curioso efecto, que vemos en la imagen. El gran óvalo en el centro del anillo es la sombra de la Tierra. De acuerdo a Miller, durante cada noche sería posible ver la sombra avanzar poco a poco y, cercano a la media noche, se vería un gran óvalo cubriendo el centro del anillo. Los colores naranja y rosado que se ven en los bordes se deben a la luz del sol que pasa por la atmósfera de la Tierra.



    Durante la noche, los anillos no desaparecerían, sino que aparecerían iluminados en el cielo nocturno reflejando la luz del Sol exactamente igual que lo hace nuestra Luna.




    Para acabar, os dejo con una serie de fotografías que completan el reportaje de Miller, para que podáis ver lo bello que sería este fenómeno visto desde grandes ciudades del mundo. Espero que disfrutéis imaginándolo.











      El problema, es que si este cinturón de anillos existiera, sería imposible la coexistencia de éstos con nuestra actual Luna, la cual ya es de por sí grande y bella, que adorna perfectamente nuestra noche. Tras ver las fotos, ¿qué preferiríais? ¿Estaríais dispuestos a renegar de las noches de Luna llena para tener el espectáculo constante que ofrecen estos anillos?

2 comentarios:

  1. Hombre, la Luna la tengo muy vista así que prefiero anillos, pero eso supondría renunciar a cosas como las mareas :p

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