3 de junio de 2014

Vísteme de superhéroe y lo seré

   Puede parecer absurdo, pero la ropa afecta a nuestros procesos mentales y percepciones y puede cambiar nuestra forma de pensar, según una investigación de la profesora Karen Pine, de la Universidad de Hertfordshire (Inglaterra). Si quieres saber qué ropa debes ponerte para realizar mayor éxito un examen o descubrir qué ocurre al llevar una camiseta de Superman, sigue leyendo el articulo.







La ropa te hace más fuerte

    Karen Pine, Profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de Hertfordshire, Reino Unido y autora de un estudio en el cual se pidió a los estudiantes que se pusieran una camiseta de Superman, sin ellos saber que eran sujetos de estudio. La doctora Pine intentaba comprobar si la ropa "heroica" te podía convertir en tal, al menos de pensamiento. El resultado fue que estos estudiantes mejoraban la impresión que tenían de sí mismos y les hacía sentirse más fuertes físicamente. "Cuando llevan una camiseta de Superman, los estudiantes se califican a sí mismos como más agradables y superiores a otros estudiantes. Cuando se les pregunta cuánto podían levantar físicamente, los que llevan una camiseta de Superman se considean más fuertes que los estudiantes con una camiseta sin dibujo, o con su propia ropa", dijo en una nota de prensa de la universidad.


Mejora tus resultados con la ropa

    En su libro llamado Piensa en cómo te vistes: La psicología de la moda, Pine asegura que las mujeres que iban a un examen de matemáticas vestidas con un suéter, obtenían significativamente mejores resultados que aquellas que se presentaban vestidas con ropa de playa (traje de baño). Del mismo modo, aquéllos que llevaban puesta una bata blanca mejoraban la agilidad mental, ya que su cerebro está preparado para asumir las capacidades mentales que se asocian con ser médico.

   Además, también incluye estudios realizados donde entrevistó a 100 mujeres, explica que los resultados mostraron como nuestra ropa tiene un gran impacto en cómo nos sentimos y en nuestra forma de pensar. Así, las mujeres se visten de forma más llamativa y con más accesorios cuando están felices y de forma menos “atrayente”, cuando pasan por un estado anímico bajo. Por ejemplo, cuando éstas se sentían tristes, tendían a usar vaqueros, mientras que los días en los que están más felices, optan por llevar su vestido y zapatos favoritos.

 
  Este estudio puede dar sentido a muchas creencias populares como, por qué los hombres y mujeres de negocios aman la sensación que experimentan al ir vestidos con trajes.  Parece ser, que se gana en respetabilidad, confianza y fiabilidad. Incluso para aquellos que no se desenvuelven en un entorno laboral de perfil alto, el gusto por llevar un traje de vez en cuando les hace experimentar gratas sensaciones.



    En definitiva, no sólo nuestra personalidad guía nuestra forma de vestir, sino también a la inversa, donde la ropa que llevamos puede cambiar nuestra percepción y psicología. Por lo que algo tan cotidiano como es vestirse, no sólo trae consigo un intríngulis científico capaz de ofrecer estudios como éstos, sino que además actúa como nuestra huella personal, trasmitiendo un poco de nosotros mismo, de nuestra personalidad y de los estilos de vida que llevamos.


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