4 de mayo de 2014

¿Tienes miedo? Sí, puedo olerlo

   ¿Cuántas veces te han dicho, cuando hay un animal cerca (generalmente un perro), no tengas miedo, que pueden oler tu miedo y es peor porque pueden atacarnos? Esta es la pregunta que nos hacemos esta noche: si realmente el miedo puede olerse y, más allá aún, si nosotros los humanos somos capaz de oler el miedo en otras personas. No te asustes, que es peor, y continúa leyendo.






¿A qué huele el miedo?

    En numerosos artículos del blog hemos comentado lo que ocurre cuando sentimos miedo, que resumimos en que nuestro sistema nervioso simpático se activa y acentúa la respuesta fisiológica de lucha-huida, característica de las situaciones de estrés. Entre ellas, aceleración del ritmo cardíaco y respiración, sequedad de la boca, etc, etc, etc., pero también un exceso de sudoración, para mantener la temperatura corporal constante ante el aumento del metabolismo (que produce calor en nuestro organismo). Todo esto está controlado, tanto a nivel nervioso como hormonal, con la segregación de hormonas tales como la adrenalina o las catecolaminas. Son éstas últimas las que, al aumentar su presencia en el organismo, también aumentan su concentración en el sudor que vertimos al exterior, dando un olor característico.

   

     Los perros (u otros animales), capaces de captar este olor, interpretan ese patrón oloroso como una amenaza, como si su oponente (la pobre persona asustada), se estuviera preparando para atacar, y por ellos algunos de ellos optan por adelantarse a ese ataque poniéndose en alerta.



Los humanos también podemos oler el miedo

    Según un estudio de científicos holandeses en 2012 liderados por Gün Semín, de la universidad de Utrech, el ser humano sí es capaz de distinguir el olor del miedo. Para ello, pusieron a un grupo de hombres a ver una película de miedo, y a otro grupo a ver una película que provocaba disgusto. Tras recoger el sudor de ambos grupos y dárselos a oler a un tercer grupo de personas, éstas mostraba signos de miedo si olían el sudor del primer grupo de hombres, mientras que las que olían las del segundo grupo, se las veía disgustadas. 

     Pero no es el único experimento al respecto. Un grupo de investigadores alemanes, en 2009, optó por hacer scanners cerebrales a dos grupos de personas que olían sudor proveniente de deportistas y sudor que provenía de personas en situación de estrés. Aunque estos pacientes decían no captar diferencia entre los olores, la resonancia magnética mostraba actividad en una zona del cerebro relacionada con identificar las señales sociales y estados de ánimo en aquellos que olían el sudor de las personas con estrés, mientras que este área no mostraba actividad para el otro caso.

    Por tanto se concluyó que podría existir un "componente biológico que estaría oculto a la dinámica social y en el que el estrés emocional es contagioso", y que "se podría saber si una persona ha visto una película de miedo o una comedia sólo con su olor corporal".


    Así que por mucho que se intente, es difícil hacer pasar desapercibido tu miedo ante los animales, pero es que también va a ser difícil ante otras personas, ya que en distancias cortas, los humanos somos capaces de recibir los mensajes emocionales de la persona que está a nuestro lado, incluido el miedo.


    Y tú, ¿alguna vez has tenido problemas con un perro (u otro animal) que hubiera podido oler tu miedo? Cuéntanoslo.





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