19 de abril de 2016

¿Se puede eructar en el espacio? ¿Y llorar?

   Estamos tan acostumbrados a ciertos comportamientos tan naturales, sencillos y comunes como pueden ser eructar o llorar, que ni nos paramos a pensar cómo lo hacemos. Hasta que ocurre que un se humano viaja al espacio exterior y se da cuenta de que esas  dos simples acciones tan normales, le son imposibles de realizar. Sí, como lo lees:  los astronautas no pueden ni eructar ni llorar. ¿Que cómo es posible? Pues la culpa, como era de esperar, la tiene la falta de gravedad que experimentan. Y ahora verás el por qué.





Incapaces de eructar


     Las condiciones de gravedad de la tierra hacen posible la separación de las sustancias en diferentes densidades, así por ejemplo el agua y aceite que por su diferente densidad se produce su separación. O incluso los líquidos y los gases, aún más distintos en cuanto a densidad.

     En el espacio, no se puede dar esta separación de sustancias. El ambiente de ingravidez hace imposible que se dé el empuje natural al que estamos acostumbrados que lleva a los gases por encima de los líquidos en el estomago quedando siempre mezclados en el estomago. Y, por tanto, en ausencia de este empuje sólo existe tensión superficial, haciendo de esta manera imposible que un astronauta pueda eructar.


Es triste, pero tampoco pueden llorar


     Bueno, quizá es exagerado decir que no pueden llorar. Claro que pueden llorar, pero sus lágrimas no caerían y resbalarían por sus mejillas como nos pasa al resto de los mortales. En el siguiente vídeo, el astronauta Chris Hadfield, residente en la Estación Espacial Internacional (ISS) nos muestra qué ocurre si lloras en el espacio.

      Después de aplicarse un poco de agua junto a uno de sus ojos, el astronauta nos muestra como ésta se acumula alrededor del ojo sin desplazarse por sus mejillas, como lo haría normalmente en la tierra y teniendo que disponer de una toalla para retirar el agua acumulada.






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