Cuando imaginamos el Sistema Solar, tenemos la idea de un Sol quieto en el centro y 8, 9, 13, o los planetas que nos dé la gana imaginar (porque van cambiando constantemente) girando a su alrededor. Es una mirada un tanto heliocentrista y, aunque tiene parte de razón, lo del Sol quieto... es discutible. Y más ahora que se ha demostrado que el Sistema Solar al completo viaja por el universo como si de un cometa se tratara. Al menos, es lo que se ha descubierto recientemente.
El Sistema Solar tiene cola
Era algo que se llevaba tiempo sospechando, pero que no se ha demostrado hasta ahora, gracias al trabajo del astrofísico Lotfi Ben Jaffel y sus colegas del Instituto de Astrofísica de París y a la inestimable ayuda de la sonda IBEX. Éstos han detectado la onda de choque invisible que produce delante de nuestro sistema planetario el movimiento de la heliosfera. La llamada luz de Fermi, una línea espectral producto del paso de la luz del Sol por la heliosfera.
Así, la sonda IBEX ha sido capaz de trazar los límites de esa cola, que se podría asemejar a la de un asteroide cruzando la atmósfera terrestre. Algo que no había sido posible hasta ahora. Nombrada por los científicos como heliocola, consta de partículas de movimiento lento, situadas a ambos lados del Sistema, y partículas de movimiento rápido encima y debajo del mismo, como un trébol de cuatro hojas. La estructura completa se encuentra retorcida por los empujes y tirones de campos magnéticos externos.
Este descubrimiento puede ser incorporado a los modelos actuales para intentar entender mejor cómo es y cómo se comporta nuestra galaxia y el lugar que ocupamos en ella.
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