¿Quién no ha oído hablar de las bombas atómicas? A todos nos viene a la cabeza aquellas famosas bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki que culminaron ambas guerras mundiales. La capacidad de destrucción de este tipo de arma nuclear fue devastadora, y lejos de aceptar esta aberración y abandonar, dejándolas atrás en la historia, el ser humano ha seguido investigando y creando bombas atómicas con la misma o más capacidad destructiva. Pues bien, hoy os voy a mostrar cómo son las armas atómicas que se desarrollaron posteriormente y que te dejarán con la boca abierta.
Tenemos menos miedo del que deberíamos.
Una imagen vale más que mil palabras, no descubro nada nuevo, así que fíjate en la imagen de más abajo. En ella, se ve una comparación entre el hongo (columna de humo) formado por la detonación de las distintas bombas atómicas posteriores a las archifamosas bombas que arrasaron Japón en la primera mitad del siglo pasado.
Muchas han sido las bombas que el hombre ha creado tras destruir gran parte de las ciudades japonesas mencionadas antes. y en la imagen podéis comparar tan solo algunas de ellas y cuán devastadoras serían si se utilizaran con fines bélicos.
La primera prueba nuclear después de la la II Guerra Mundial fue la conocida como Trinity, en México, detonada por EE.UU. Cerca de 2.500 bombas han sido probadas y detonadas desde entonces a lo largo del globo: 1.132, probadas por EE.UU, casi 1.000 por la Unión Soviética. Y muchas de ellas con una potencia bastante superior a las que finalizaron las Guerras Mundiales.
El potencial de estas bombas atómicas, en números:
- Hiroshima: 15 kilotones*
- Nagasaki: 21 kilotones*
- B83: 1.2 Megatones (1.000 kilotones*)
- Castle Bravo: 15 Megatones (15.000 kilotones*, o 1.000 veces el potencial de Hiroshima)
- Bomba del Zar: 50 Megatones (50.000 kilotones* o unas 3.333 veces el potencial de Hiroshima)
*La potencia de 1 kilotón equivale a 1.000 toneladas de TNT
La monstruosa Bomba del Zar
Produjo una nube de hongo de 64 kilómetros de altura. Casi siete veces más alta que el Everest. La onda de choque fue lo bastante potente como para romper vidrios gruesos incluso a más de 900 km de la explosión, y fue grabada girando alrededor de la Tierra tres veces.
La bola de fuego que produjo a punto estuvo de derribar el avión que la soltó durante la prueba.
En el mundo, a pesar de los tratados de reducción de armamento, se estima que hay 23.360 cabezas nucleares almacenadas en 111 lugares distintos repartidos en 14 países, cuya potencia conjunto ronda los 7.000 megatones.
La herramienta Nukemap te permite comparar detonaciones atómicas sobre distintas ubicaciones. Uno entra directamente en el sitio y elige el lugar y el tipo de bomba que quiere simular para ver el alcance que tendría y a continuación obtiene un mapa y una serie de valores sobre el radio de acción que habría tenido la explosión.
¿Cómo se te queda el cuerpo después de ver bajo qué aterradora amenaza nos encontramos, bajo el mando de unos pocos que, da la casualidad, de que son unos auténticos lunáticos? Es difícil dormir tranquilo, ¿verdad?
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