¿Nunca has fantaseado con la idea de convivir con los dinosaurios? De poder ver de cerca un verdadero Tiranosaurio o ver por el cielo a los majestuosos pterodáctilos? Seguro que después de ver la saga de Jurassic park, te has preguntado más de una vez por qué no se resucitan los dinosaurios como lo hacen en la película. Obviamente, no sería un proceso tan sencillo, pero debemos preguntarnos primero, ¿se puede resucitar un dinosaurio extinto?
Un mamut, vale... ¿pero un dinosaurio?
Imposible usando el ADN. Científicos australianos descburieron hace unos años que el ADN no sobrevive más de 6,8 millones de años y por eso es "sumamente improbable" la extracción de material genético de los dinosaurios, que desaparecieron hace 65 millones de años. Se ha encontrado fósiles con vasos sanguíneos extraordinariamente bien conservados y tejidos blandos, pero nunca ADN intacto.
Spilberg nos engañó (o nosotros nos dejamos engañar) cuando nos contó que podemos usar el ADN de dinosaurios a través de mosquitos que les picaron en su época y que fueron preservados durante millones de años en el ámbar y reconstruir así los cromosomas para reproducir a los grandes reptiles.
¿Entonces no podemos tener dinosaurios de nuevo?
No podemos resucitar dinosaurios o especies que existieron hace millones de años, pero podemos hacer algo mejor: crear nuevos dinosaurios. Partiendo de un embrión de pollo y, mediante ingeniería genética, se puede dar marcha atrás en el tiempo hasta sacar el dinosaurio que lleva dentro. No será, al principio, un dinosaurio completo, pero sí que tendrá muchas de sus características. Esto es lo que sugirió el reputado paleontólogo americano Jack Horner durante un congreso en Madrid.
Los científicos estudiaron la expresión de los genes en embriones de caimanes, lagartijas y tortugas para encontrar el cambio genético que explicaría la evolución. Tras ello, han identificado genes atávicos (que se perdieron durante la evolución) que, en las aves actuales permanecen "dormidos", no se expresan, y que sí lo hacían en sus ancestros, los dinosaurios, de quienes son descendientes, y gracias a los cuales desarrollaban sus dientes, garras, cola, etc. Con ayuda de la ingeniería genética, se intenta reactivar estos genes para desarrollar pollos con características de los dinosaurios. “Si se puede hacer que nazca un pollo con dientes, ¿por qué no con la pinta de un velocirraptor?” decía el señor Horner.
Por tanto, es muy posible que en unos pocos años consigamos una especie de dinopollo, o pollisaurio que nos recuerde a los animales de la famosa saga del midas del cine. Y quién sabe, si en unas pocas décadas, podremos crear auténticos dinosaurios exactamente iguales y con las mismas caracteristicas que los que habitaron la tierra hace más de 65 millones de años.
¿Qué te parece esa idea? ¿Te gustaría imitar alguno de estos terribles dinosaurios carnívoros que andaron por la Tierra?
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